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lunes, 11 de marzo de 2013

¿Qué es más importante, el traje o el talento?

Se trata de dilucidar la incidencia que tiene la apariencia del vendedor en la toma de contacto. Se empieza a juzgar la personalidad del vendedor por lo que se ve. 

A pesar de que la respuesta puede resultar una obviedad, pues el talento es incomparable, ¿que pasa si no te reciben? Frente a la pregunta de cómo debería presentarse un vendedor ante su cliente, hay una serie de principios que son fundamentales recordar:

1) Un vendedor debería presentarse ante sus clientes adecuadamente vestido. Esta vestimenta puede ser distinta en verano y en invierno, en una zona y en otra, en función del tipo de producto que venda e incluso del tipo de clientes que visite.

Si un vendedor periódicamente presenta ideas y productos nuevos, puede e incluso debe ir a la moda, pero siempre que no sea él quien marque esa moda. El concepto elegante, ir bien vestido, es muy subjetivo y se abre a multitud de interpretaciones. La forma de vestirse es ya una manifestación de la personalidad del vendedor. Cada vendedor es quién elige su traje y su estilo de vestir y ello ya es una manera de manifestar su personalidad. Cómo se viste es también un modo de expresar la importancia y el respeto que el vendedor concede a sus clientes, a su empresa y a su profesión.

Uno se viste como se siente y también se siente como se viste. En muchas ocasiones he escuchado a vendedores decir: "Yo soy el mismo profesional con un traje y corbata que con una camiseta y un pantalón tejano". Tenemos que admitir que lo importante no es el traje o la camiseta, sino lo que hay dentro. Pero el interlocutor en estos primeros compases, se deja influir por lo que ve, por lo cual no reacciona de la misma manera ante un vendedor con una vestimenta adecuada o no. 

2) Un vendedor debería invertir en su vestimenta un poco más de lo que gastaría si no fuera vendedor.

3) Un vendedor debería visitar a un cliente pensando en que va a vender y no a salir de pesca con él. Recuerda la importancia del aseo personal en un vendedor.

4) Un vendedor debería ir al peluquero antes de notar que debe ir al peluquero. Peinado, barba y bigote forman parte de la personalidad de cada uno y el vendedor es muy libre de elegir lo que le parezca más conveniente. Lo importante es que estén cuidados para conseguir una buena impresión. 

5) Las manos  son la parte del cuerpo del vendedor que más a la vista está. Cuando realiza una demostración, presenta un producto, comenta una factura o una estadística, sus manos cobran protagonismo. Por ello un vendedor debería cuidar sus manos algo más que si no fuera vendedor.

6) La raya del pantalón de un vendedor está ligada a su moral. La raya ya casi no se lleva e incluso "la arruga es bella". Sin embargo, lo que la frase señala es que cuando el vendedor está animado y trabaja con una moral alta, siempre tiene antes de entrevistarse con el cliente un momento para ponerse bien la camisa, la corbata, atusarse el pelo, etc... y lograr así ofrecer una imagen profesional.

7) Es aconsejable dejar para momentos fuera de la venta distintivos, insignias u otros abalorios que puedan condicionar las reacciones del cliente.

8) Los zapatos limpios y los calcetines arriba. 

La sociedad actual es mucho más tolerante y menos rígida en al manera de vestir, pero la apariencia del vendedor sigue siendo su envoltorio y, aunque lo importante es lo que hay dentro, ésta es lo primero que nota e influye en el interlocutor. No se compra un libro por las tapas, pero las tapas influyen. En estos momentos, al vendedor se le juzga por estas pequeñas cuestiones. Son estos pequeños detalles los que juntos, distinguen al buen vendedor.

"El aspecto exterior pregona muchas veces el condición interior del hombre"



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