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domingo, 31 de marzo de 2013

¿Te traiciona tu actitud?

Las formas de actitud son los medios de expresión no verbal. Es lo que llamamos lenguaje corporal y es lo primero que aprecia el cliente interlocutor. Se manifiesta mediante los gestos, la mirada y la sonrisa.

Los gestos: Además de con los gestos, hablamos con las palabras. Se perciben rápidamente. Cuando se esta seguro, los gestos son decididos. Cuando se está nervioso, falta naturalidad, parece como si no se supiera qué hacer con las manos. Todo el cuerpo esta en consonancia. Entonces se corre el riesgo de que aparezcan los tics (gestos naturales que cuando se vuelven repetitivos distraen y fatigan la atención del interlocutor) y se obstaculiza la comunicación. Hay gestos afirmativos, negativos e incluso procaces y ordinarios. El dominio del lenguaje corporal ayuda al vendedor a transmitir sus ideas y a crear reacciones convenientes del interlocutor. 

La mirada: Se trata de un vehículo de comunicación imprescindible. En muchas ocasiones habremos oído "Hay miradas que matan", como también sabremos que muchos acercamientos sentimentales se realizan a partir de una mirada. Incluso hay un refrán que dice que "El que no mira a la cara, algo esconde". La mirada delata el estado de ánimo del vendedor. Cuando está tranquilo, el vendedor de manera natural mira a la cara, a los ojos del interlocutor. Si está tranquilo, la mirada se torna huidiza, lo cual percibe el cliente y reacciona en consonancia.

La sonrisa: Los chinos tienen el siguiente atorismo: "El que no sepa sonreir que no ponga una tienda". La sonrisa es una manifestación de nuestro estado de ánimo y condiciona la reacción del cliente. A diferencia de la risa, que es crispación, la sonrisa es relajación. con la risa los músculos de la cara se contraen enérgicamente, una persona puede incluso sufrir espasmos abdominales y derramar lágrimas de hilaridad. La sonrisa es relajación que se comparte con el interlocutor. Una sonrisa es contagiosa y puede ser una forma de decir a nuestro interlocutor: "Yo estoy aquí a gusto con usted". Normalmente provoca una reacción positiva en el interlocutor, una sonrisa sincera conlleva otra sonrisa por parte del interlocutor. Éste es el único imperativo, que debe ser sincera, de otro modo es una mueca que se detecta de manera notoria y provoca una reacción contraria.

Para vender es aconsejable sonreír, por no es indispensable, siempre será mejor no sonreír que hacerlo de un modo forzado. El vendedor comunicador debe y puede encontrar en su trabajo razones suficientes para sonreír sincera y lealmente. Solo cuando está frente a un interlocutor válido tiene la oportunidad de alcanzar sus objetivos de venta, de aprender y realizarse profesionalmente. Los franceses tienen un dicho que dice que en la vida se puede decir cualquier cosa con la sonrisa en los labios. Así que si quiere vender, sonría. Y aunque no quiera vender, sonría también, porque su comunicación será mejor.


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