El liderazgo no se limita solo a una medida de efectividad, sino que es un fenómeno multidimensional. El liderazgo basado en valores es diferente a otros modelos e incluye 3 factores:
1. Efectividad: es necesario medir el logro de los objetivos
2. Moral: es necesario medir cómo el cambio afecta a las partes
3. Tiempo: medir el cumplimiento de objetivos a través del tiempo
El liderazgo por valores no se trata simplemente de un estilo o de hacer ciertas cosas siguiendo una receta. Se trata de ideas y valores. Es entender las diferentes necesidades de los colaboradores, energizarlos para alcanzar un objetivo que nunca habían creído posible.
"En términos prácticos de negocios, se trata de crear condiciones bajo las cuales todos los seguidores del líder puedan desempeñarse en forma independiente y efectiva hacia un objetivo común".
Es necesario poner los valores por delante
El liderazgo con valores es una obligación en las organizaciones horizontales de hoy, caracterizadas por la transparencia y la facil disponibilidad de información. Como lo describía Steve Jobs, Co Fundador de Apple: "Lo único que funciona es el management por valores. Encontrar personas competentes y realmente brillantes, pero lo más importante, gente que le importen exactamente las mismas cosas que te interesan".
Un vibrante y vívido conjunto de valores provee las bases para formar y generar una comunidad. Los valores pueden proveer un contexto que facilita y promueve la acción independiente. El auto management efectivo y oportuno crea una ventaja competitiva.
Un ejemplo de liderazgo con valores es el que supo contar Jack Welch. Los valores son muy importantes para la compañía, que los imprimen y distribuyen a los empleados de todos los niveles. Pero antes de definirlos, llegó a un consenso sobre que valores querrán cultivar en sus empleados.
Como lo resumió Jack Welch: "No hay un ser humano en GE que no tenga una guía de valores consigo, en su cartera o maletín. Significan todo para nosotros y vivimos con ellos. Y despedimos a gente que no tiene esos valores, incluso cuando demuestren excelentes resultados".
Una de las premisas del liderazgo basado en valores, es que en la vida es bueno tener un objetivo y conducir tu propia vida (y el trabajo en este caso) a través de un conjunto de valores o principios morales.
En un mundo cambiante, donde la confianza es clave a la hora de desarrollar relaciones y negocios, desarrollar un sistema de valores en una organización, mantiene a los líderes y sus equipos firmes, con los pies sobre la Tierra. En su libro "Built to Last and Good to Great", Jim Collins escribió que las grandes compañías cambian todo menos sus valores.
Compartimos el ejemplo de Bob MacDonald, Director de Operaciones de Procter and Gamble, dice que la Compañía tiene fuertes valores, que han pasado de generación en generación de empleados.
Los primeros dos son el liderazgo, y el empoderamiento (ownership). Esperamos que cada empleado sea un lider y actúe como el dueño de la empresa. Otro valor es la integridad. "No mentimos, engañamos o robamos y no toleramos a quienes lo hagan. Es un valor muy importante para nosotros. Tenemos pasión para ganar. Nuestro objetivo en el trabajo cada día es ganar con los consumidores y vencer a la competencia".
Último pero no menos importante: Confianza.
"El hecho de que P&G tiene una cultura interna y por eso todos confiamos entre nosotros, lo hace una Compañía mucho más eficiente".
lunes, 28 de septiembre de 2015
lunes, 21 de septiembre de 2015
¿Cuáles son las barreras en la comunicación en la empresa?
Una buena comunicación tanto horizontal como vertical es fundamental en cualquier organización empresarial.
Sin embargo, en numerosas ocasiones, esta no suele ser tan fluida como debería serlo, lo que impide el desarrollo próspero de las tareas en la empresa. Entre las múltiples trabas o barreras que impiden el normal desarrollo del proceso, quizás las más importantes las siguientes.
En primer lugar, nos podemos encontrar con barreras culturales, que se deben fundamentalmente a que no todo el personal tiene asumida la cultura organizativa, es decir, el conjunto de valores que comparten el resto de sus compañeros de trabajo. Suele pasar, por ejemplo, en el caso de los recién llegados. La solución más óptima para romper este tipo de barreras pasa por un buen programa de interacción que permita integrar a los trabajadores en la compañía.
También son importantes las barreras burocráticas. Cuando los trámites administrativos para cualquier labor son excesivos, el flujo de información se ralentiza y tarde o temprano aparecen los problemas. La solución en estos casos pasa por eliminar los eslabones innecesarios de la cadena de comunicación y hacer que la información circule de la forma más fluida posible.
En tercer lugar, nos encontramos con la sobrecarga de información. Hoy en día, existe tal disponibilidad de información que esta se vuelve abrumadora para las personas y hace que no distingan lo más importante. Sin duda, Internet ha favorecido la proliferación de este tipo de barreras en las organizaciones. Para solventar el problema lo mejor es formar a los empleados para que mejoren su capacidad de síntesis y sean capaces de filtrar la información adecuadamente.
Por último, aunque no por ello menos importante, nos encontramos con las barreras personales,
las cuales son las más habituales en las empresas. Estas suelen deberse a los hábitos y las características de cada persona a la hora de emitir e interpretar la información recibida. Para contrarrestarlas lo mejor es crear un buen ambiente de trabajo en el que el empleado pueda desarrollar sus capacidades, se sienta integrado y sea feliz con la labor que desempeña cada día. Sólo de esta forma evitaremos que algo tan complejo como el estado de ánimo de las personas interfiera en su trabajo.
Sin embargo, en numerosas ocasiones, esta no suele ser tan fluida como debería serlo, lo que impide el desarrollo próspero de las tareas en la empresa. Entre las múltiples trabas o barreras que impiden el normal desarrollo del proceso, quizás las más importantes las siguientes.
En primer lugar, nos podemos encontrar con barreras culturales, que se deben fundamentalmente a que no todo el personal tiene asumida la cultura organizativa, es decir, el conjunto de valores que comparten el resto de sus compañeros de trabajo. Suele pasar, por ejemplo, en el caso de los recién llegados. La solución más óptima para romper este tipo de barreras pasa por un buen programa de interacción que permita integrar a los trabajadores en la compañía.
También son importantes las barreras burocráticas. Cuando los trámites administrativos para cualquier labor son excesivos, el flujo de información se ralentiza y tarde o temprano aparecen los problemas. La solución en estos casos pasa por eliminar los eslabones innecesarios de la cadena de comunicación y hacer que la información circule de la forma más fluida posible.
En tercer lugar, nos encontramos con la sobrecarga de información. Hoy en día, existe tal disponibilidad de información que esta se vuelve abrumadora para las personas y hace que no distingan lo más importante. Sin duda, Internet ha favorecido la proliferación de este tipo de barreras en las organizaciones. Para solventar el problema lo mejor es formar a los empleados para que mejoren su capacidad de síntesis y sean capaces de filtrar la información adecuadamente.
Por último, aunque no por ello menos importante, nos encontramos con las barreras personales,
las cuales son las más habituales en las empresas. Estas suelen deberse a los hábitos y las características de cada persona a la hora de emitir e interpretar la información recibida. Para contrarrestarlas lo mejor es crear un buen ambiente de trabajo en el que el empleado pueda desarrollar sus capacidades, se sienta integrado y sea feliz con la labor que desempeña cada día. Sólo de esta forma evitaremos que algo tan complejo como el estado de ánimo de las personas interfiera en su trabajo.
lunes, 14 de septiembre de 2015
Como jefe: ¿Eres intimidante o motivador?
En ocasiones, los jefes están tan concentrados en el logro de sus objetivos y metas que pierden la perspectiva adoptando, poco a poco, un estilo dictatorial; solamente critican y no mencionar los aciertos de sus subalternos, desean controlarlo todo, su opinión es lo único que vale, entre otros.
Sin embargo, esta conducta sólo será efectiva a corto plazo, ya que por miedo a desairar los empleados harán su trabajo. Sin embargo, a largo plazo no harán su mejor esfuerzo, porque estarán descontentos, en un ambiente laboral tenso que los llevará a aislarse (no trabajarán como equipo) y a salir corriendo apenas puedan.
Es importante observar que muchos estudios realizados han demostrado que la razón que mueve a la gente a trabajar no es solamente ganarse un sustento ni ganar más dinero, sino otros aspectos como el tipo de proyecto, el ambiente de trabajo, etc.
En su rol de líder, un jefe o jefa, además de ser responsable de que el trabajo se haga, es quien debe motivar a su equipo para que lo haga bien y con gusto.
Las razones que llevan a una persona a realizar un trabajo sobresaliente son distintas. A uno lo motivará concluir con éxito un proyecto, a otra el reto, a algunos sentir que ayudan a otras personas, mientras a otras les encanta crear.
Las motivaciones son infinitas, como las personas, y la jefa o jefe debe identificarlos y estimularlo en esa línea.
Cómo ser un jefe motivador
Eres motivadora o motivador si...- Felicitas a los empleados cuando lo están haciendo bien.
- Eres cooperador y tiendes la mano para ayudar al equipo cada vez que lo necesita.
- Cuando un empleado comete un error buscas junto a él o ella medidas para solucionarlo o para que no vuelva a ocurrir, pidiéndoles que proponga soluciones y preguntando qué requiere para que no se repita.
- Presumes que los subalternos quieren hacer un buen trabajo.
- Haces a cada empleado sentirse parte del equipo y tomas en cuenta sus opiniones.
- Aún si estás molesto, no ofendes ni levantas la voz.
- Valoras a tus empleados por su aporte al trabajo y también como personas, y se los haces saber.
- Tienes claro lo que se espera de cada empleado y te aseguras de que el empleado lo sepa también.
- Eres transparente con tus colaboradores (no hay secretos que solo se comparten con algunos, ni propicias los "bandos" ni el favoritismo), y estás siempre disponible para cuando te necesiten.
- Te preocupas por el bienestar de los empleados en el trabajo, y cuando se presentan emergencias personales, eres comprensivo.
Cuáles son los beneficios de ser un jefe motivador
Un jefe motivador no sólo logra alcanzar sus metas sino también las del departamento que está a su cargo.Con un jefe motivador, los empleados harán el trabajo no porque "les pagan un salario" sino porque les gusta y se sienten parte del engranaje de la empresa.
Serán subalternos leales y provocarán un ambiente laboral ameno y productivo. El trabajo se hará igual de bien, aun cuando el supervisor no esté presente, pues los empleados se sienten respaldados y valorados.
Estos empleados estarán más dispuestos a trabajar horas extras, a emprender proyectos especiales y a aportar ideas
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