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lunes, 21 de septiembre de 2015

¿Cuáles son las barreras en la comunicación en la empresa?

Una buena comunicación tanto horizontal como vertical es fundamental en cualquier organización empresarial.
Sin embargo, en numerosas ocasiones, esta no suele ser tan fluida como debería serlo, lo que impide el desarrollo próspero de las tareas en la empresa. Entre las múltiples trabas o barreras que impiden el normal desarrollo del proceso, quizás las más importantes las siguientes.

En primer lugar, nos podemos encontrar con barreras culturales, que se deben fundamentalmente a que no todo el personal tiene asumida la cultura organizativa, es decir, el conjunto de valores que comparten el resto de sus compañeros de trabajo. Suele pasar, por ejemplo, en el caso de los recién llegados. La solución más óptima para romper este tipo de barreras pasa por un buen programa de interacción que permita integrar a los trabajadores en la compañía.

También son importantes las barreras burocráticas. Cuando los trámites administrativos para cualquier labor son excesivos, el flujo de información se ralentiza y tarde o temprano aparecen los problemas. La solución en estos casos pasa por eliminar los eslabones innecesarios de la cadena de comunicación y hacer que la información circule de la forma más fluida posible.

En tercer lugar, nos encontramos con la sobrecarga de información. Hoy en día, existe tal disponibilidad de información que esta se vuelve abrumadora para las personas y hace que no distingan lo más importante. Sin duda, Internet ha favorecido la proliferación de este tipo de barreras en las organizaciones. Para solventar el problema lo mejor es formar a los empleados para que mejoren su capacidad de síntesis y sean capaces de filtrar la información adecuadamente.

Por último, aunque no por ello menos importante, nos encontramos con las barreras personales,
 las cuales son las más habituales en las empresas. Estas suelen deberse a los hábitos y las características de cada persona a la hora de emitir e interpretar la información recibida. Para contrarrestarlas lo mejor es crear un buen ambiente de trabajo en el que el empleado pueda desarrollar sus capacidades, se sienta integrado y sea feliz con la labor que desempeña cada día. Sólo de esta forma evitaremos que algo tan complejo como el estado de ánimo de las personas interfiera en su trabajo.

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