Queridos colegas inmobiliarios:
¡Luchar, luchar y luchar! Está claro que cuando vivimos una situación en la que las cosas, tal y como van, dan miedo, la gente, por defecto, siente miedo. Miedo a comprar o a vender en nuestro caso. Miedo a tomar una decisión económicamente importante. Cuando esto sucede, parece como si la gente te empujara hacia atrás y tú tienes que empujarles hacia delante. ¿No tienes a veces esta misma sensación? En estos momentos en los que los demás, la competencia ahorra, recorta gastos, es menos detallista con sus clientes y hacen menos regalos tú tienes la oportunidad de hacer más. Te costará mucho más, tendrás más gastos. Hacer regalos y tener más y mejores detalles es un sacrificio aún más grande, pero tú necesitas dar más y permanecer en el mercado durante más tiempo. No escatimes en detalles ahora porque es ahora cuando puedes realmente destacar del resto. Regala entradas para el cine, cestas de frutas, ramos de flores,… Nunca jamás ha habido ni habrá seguramente, o al menos pasarán muchos años hasta que esta situación de oportunidades se vuelva a repetir. Aprovéchala. Es ahí en donde la semilla de la oportunidad germinará.
En una industria en la que, efectivamente, en términos generales, se vende menos, algunos de los que sí han visto esta beta en el mercado, la han aprovechado y están vendiendo más que nunca. Aunque se venda menos, es también la oportunidad de hacer crecer tu posicionamiento y tu cuota de mercado. Y te aseguro que en esta industria todo, absolutamente todo, es cuestión de cuota de mercado.
Ahora es el momento de atacar. Nos hemos preparado para la batalla durante muchos años y no podemos jugar con miedo. Pasemos a la ofensiva. O ¿cuántos de vosotros creéis de verdad que lo peor ya ha pasado? Y si lo peor en este negocio, ya ha pasado, ¿a qué seguimos esperando? ¿Creéis realmente en esto, sí o no? ¡Pues no juguemos como si lo peor estuviera aún por venir! No te escondas en las trincheras a verlas venir. Ahora es el momento de atacar, de formarse, de aprender de los errores del pasado, de sacar el jugo a la dura experiencia de esta gran lucha. Es el momento de seguir adelante, avanzar las líneas. ¡Es la hora de la ofensiva! Es el momento de marchar. Aprecia y recompensa a tus clientes y colaboradores. No escatimes en detalles porque es ahora cuando menos se lo esperan, cuando hay que dar el golpe definitivo.
¿Y cómo afrontar el ataque? Con humildad. En la niebla las cosas no se ven bien y todos necesitamos de un guía que nos lleve por el camino correcto y eso se consigue con más formación. En tiempos difíciles puedes llegar a estar nervioso, enfadado, resentido, incluso temeroso. Pasar a través de todas estas emociones es normal, pero debes ser humilde, volver a los orígenes, volver a los principios, a lo fundamental, a lo básico. Debemos tener esperanza. ¿Y qué se entiende por esperanza? Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos. Pues ni más ni menos que tener una expectativa de confianza. Confianza y expectativa. Piensa en estas dos palabras. Aunque existen grandes oportunidades en este momento si no las aprovechamos más tarde nos sentiremos mal con nosotros mismos. Nos podemos arrepentir. En un momento en el que todo parece devastado, tiene que haber confianza y expectativa. Pero también un plan. Un ejemplo: Nueva Orleans. Agosto de 2005. La ciudad fue totalmente devastada por el huracán Katrina. Hubo que volver a rehacer prácticamente toda la ciudad. Derribaron todo y volvieron a empezar. Cinco años después el equipo de fútbol americano de la ciudad, el New Orleans Saints, ha ganado la Super Bowl (Final de la liga de fútbol americano). Y nunca lo había hecho antes. Una ciudad nueva con espíritu nuevo y distinto, reforzado y forjado en la mayor de las adversidades. Todo un ejemplo de superación, de esperanza, de trabajo en equipo, de ilusión, de fe, de constancia, de perseverancia, de lucha… Planifica tu recuperación.
En definitiva, preocúpate y recompensa a tus colaboradores, referidos y clientes, déjate caer con detalles (ataca), ten esperanza y traza un plan para los próximos meses volviendo a lo básico. Piensa en esto y coge fuerzas durante tus vacaciones, si las tienes, y descansa para volver a la carga después de esos merecidos días.
siento haber leído esto tan tarde, porque mi comentario llegará igualmente tardío pero ahí va: Gracias Nacho, me ha encantado leerte, me das fuerza, ímpetu y haces que de nuevo se encienda la llamita de la esperanza en mi. A ver si soy capaz de trasmitir tus palabras para que la luz se instale de nuevo en otros compañeros.
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