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martes, 22 de noviembre de 2011

La Formación de los Formadores


Motivar y preparar para una mejor formación continua

¿Qué características debe tener la formación de los formadores?
La formación que se oferta actualmente en el mercado se centra principalmente en temas básicos de metodología didáctica y actualización técnica, dejando escaso espacio al desarrollo de habilidades de los formadores. El peso de la formación de formadores ha de recaer precisamente en estos aspectos, porque en el mercado no solo se le va a exigir una competencia técnica, sino un conjunto de aptitudes y actitudes que hagan de él en el aula una figura que motiva, dinamiza, coordina, facilita e individualiza los procesos de aprendizaje, entre otros… Eso es lo más complicado y lo que tiene que aprender un docente.

¿En qué materias y aspectos crees que necesita formación continua el personal docente?
Además del desarrollo de habilidades docentes, reciclaje y correspondientes actualizaciones técnicas, uno de los aspectos fundamentales que ha de estar presente en la formación continua del personal docente es cómo integrar la realidad y contextos actuales, el programa formativo, y las necesidades/intereses del grupo de aprendizaje. Si no logras un equilibro entre todos estos factores, podría verse afectado el desarrollo óptimo de la acción formativa y el grado de transferencia.

¿Consideras que los formadores necesitan una formación continua?
Sí, a todos los niveles, ya que el entorno laboral se encuentra en constante cambio. Si quiere dar una respuesta adecuada a lo que demanda actualmente el mercado, ha de reciclarse y actualizarse constantemente. Por otra parte, el que sea consciente del contexto y la realidad que rodea a sus alumnos hace que sea un referente para ellos. Si no conoce su contexto, su realidad diaria, deja de ser una autoridad o un referente.

¿Cuáles son las claves para hacer de la formación una actividad motivadora para los formadores?
Es fundamental que sea una formación práctica e individualizada. Trabajando la metodología didáctica en el aula y facilitando un feedback individual como formador, avanzaremos hacia el “saber hacer” y “querer”, no quedándonos única y exclusivamente en el “saber”, algo que el docente puede localizar en cualquier manual que verse sobre la materia.

¿Tiene sentido que un formador no quiera formarse?
No, definitivamente no. El formador que busca un puesto estanco y emplea recetas para impartir sus cursos de formación no concuerda con lo que el mercado está demandando: formación a medida.

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