1. Inteligencia contextual
La formulación de un propósito principia por la inteligencia contextual, esto es, la capacidad de analizar el entorno, descubrir las tendencias que se manejan en la industria, la habilidad para relacionar hechos y números desagregados y, en suma, la visión de conjunto de las estrategias empresariales.
Este tipo de inteligencia consiste en no aplicar medidas y decisiones uniformes, sino adaptarlas y flexibilizarlas a las distintas realidades de la compañía. Esta competencia se desarrolla con la mejora de la observación:
- abre la organización a nuevas teorías de gestión y administración (actualízate y aprovecha las ventajas de aprendizaje para toda la vida),
- ajusta el deseo a la realidad (con objetivos concretos y reales)
- sé indulgente con las críticas y los errores propios (refuerza los comportamientos positivos antes que castigar los negativos).
2. Apertura a la innovación
Para mejorar la confluencia entre los intereses individuales y colectivos, favorece proyectos abiertos a la innovación. Crea un entorno en el que cada persona pueda contribuir libremente a la mejora de los proyectos.
Si todo está reglado y gestionado, habrá poco espacio para la innovación. Dedica y permite que los otros lo tengan, un tiempo semanal a las iniciativas que más nos motivan dentro de la empresa y no solo a las contingencias comunes.
3. Retroalimentación
La medición de la aportación real de las personas a los proyectos se cimenta sobre el feedback, la retroalimentación. El liderazgo persigue reforzar los comportamientos y premiar los cambios positivos para la organización. Por eso, hay que corregir los hábitos, enseñar a las personas a cumplir con sus tareas y acelerar los procesos de aprendizaje.
4. Estímulo a la diversidad
La diversidad es una fuente de ventaja competitiva esencial para la gestión de las organizaciones del siglo XXI. La homogeneidad ha desaparecido de nuestras vidas y ahora toca aprovechar este cambio social para ser más competitivos.
5. Escucha activa
La escucha activa es una carencia que se ha incrementado como consecuencia de las distracciones tecnológicas. Estamos tan pendientes del teléfono que disminuimos la atención. Si queremos mejorar esta habilidad, apaga el teléfono durante las reuniones. Toma nota manual de lo que te cuentan.
Repite las ideas que te han transmitido y confirma con el interlocutor que lo que te ha contado coincide con lo que has entendido. Haz preguntas para aclarar las dudas. Por último, incide en la comunicación no verbal: asiente con la cabeza y comunica con la mirada.
6. Empatía
La empatía es fundamental para sintonizar con las personas que trabajan con nosotros, sean empleados o no. La técnica que recomiendo es el reconocimiento positivo: obtenemos más del equipo cuando incentivamos el buen comportamiento en vez de perseguir las malas decisiones.
- el reconocimiento frecuente es valorar cada paso (“gracias por esta aportación”),
- poner atención en las sugerencias recibidas (“me ha interesado esa idea que tienes”) y
- desarrollar un estilo de liderazgo compartido (“el equipo ha promovido este cambio que nos favorece a todos”).
Desde la Escuela RE/MAX by RE/MAX Univresity, esperamos que estas ideas te ayuden en el ejercicio de tu liderazgo. Recuerda que el liderazgo y el trabajo en equipo promueven la innovación y la generación de nuevas oportunidades de negocio.
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