Cada persona se mueve por razones diferentes ya que, tanto su mecanismo de implicación como de productividad, son accionados de forma distinta. Con esto se entiende que, a pesar de ese matiz subjetivo, la motivación genera un alto grado de implicación en aquellos que actuaban al margen de esa conducta inicial motivadora. Así, a nivel grupal podríamos decir que esa conducta estimulante, iniciada por un miembro del equipo acaba contagiándose al resto del equipo, lo que, en consecuencia supondrá una serie de mejoras que serán constatables. En resumen, la fuerza y energía con la las personas realmente motivadas viven su día a día, consiguen arrastrar e implicar a aquellas que no se encuentran en ese mismo nivel de motivación.
Pero, ¿Cómo puedo motivar a mi equipo?
Hay 9 puntos claves que deben formar parte de la gestión diaria:
ESCUCHA ACTIVA.- Implica escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista de la persona que habla. Se trata no sólo de escuchar lo que la persona nos transmite de forma directa, sino de advertir los sentimientos, ideas, reflexiones, que pretende transmitirnos. En otras palabras, saber empatizar, de forma que seas capaz de ponerte en el lugar de esa persona que te está hablando. Resumir o parafrasear lo dicho por el interlocutor, son algunas de las formas más comunes para reforzar la escucha activa. En tus manos está la función de averiguar que es importante para cada colaborador y de demostrar interés, escuchando y participando en la conversación.
SENTIRSE PARTÍCIPES.- Implica desde la escucha de las propuestas de tu equipo, hasta la realización brainstroming, dónde cada uno de los participantes da su opinión; así, se podrá sacar partido de las ideas aportadas por los compañeros, y, al mismo tiempo se podrá someter las tuyas a debate.
CONFIANZA.- La confianza en nuestro equipo y en su trabajo debe convertirse en uno de los pilares básicos de la gestión de personas.
TRANSPARENCIA.- Transmitir al equipo la información que poseemos genera confianza e implicación en el proyecto. La desinformación, los rumores, etcétera, generan un clima de desasosiego entre nuestros colaboradores.
FEEDBACK.- El feedback, dependiendo de su uso, puede convertirse en un importante elemento motivador. Señalar aquellos aspectos positivos, reforzar actitudes que contribuyen a los objetivos fijados, son funciones clave para incrementar la motivación de nuestro equipo. Asimismo, y sin ser óbice, es muy importante dar feedback negativo, ayudando a nuestro equipo a buscar las soluciones para reorientar aquellas acciones que no permiten cumplir los objetivos.
SENTIMIENTO DE PERTENENCIA.- Lograr que todos compartan el mismo objetivo dentro de las motivaciones de cada uno, que todos orienten y aúnen sus esfuerzos y talentos en beneficio del objetivo común, logrando que éste se convierte en propio.
OBJETIVOS COMUNES.- Cuando fijas unos objetivos exigentes y alcanzables de forma conjunta, consigues generar un elevado nivel de compromiso, ya que los objetivos han sido marcados también por las personas que los deben alcanzar, depositando en ellos sus expectativas y su respectivo esfuerzo.
BUEN AMBIENTE.- Las personas trabajan mejor en ambientes propicios para ello. La participación, el respeto, la comunicación, los objetivos comunes, la cooperación, la responsabilidad son algunos de los factores que generan el ambiente propicio y óptimo para trabajar.
RECONOCIMIENTO.- A través de un reconocimiento justo, se reconocen y refuerzan las actitudes positivas. Crear un sistema de recompensas justo y transparente genera climas de esfuerzo y confianza.
La clave es dar cabida y aunar todas las motivaciones personales en las motivaciones de nuestro equipo, generando valor para las personas y para la organización.
Marco Martín
Consultor de Desarrollo Junior
RE/MAX España
No hay comentarios:
Publicar un comentario