De igual manera, también parece claro que una gestión mediocre de las personas dará como resultado un desempeño también mediocre. Exigimos a nuestros colaboradores profesionalidad, compromiso, iniciativa… y a cambio sólo se ofrece una retribución económica. Esto nunca ha sido suficiente y en estos tiempos que corren mucho menos. Olvidamos que la motivación es la clave para disminuir el absentismo y la rotación, para retener a los mejores y para incrementar la calidad del compromiso.
Muchos siguen pensando que la motivación se trae de casa, que bastante tiene el pequeño empresario con buscar cada día la forma de que su empresa salga adelante como para pensar además en que los colaboradores estén contentos. Es verdad que la principal fuente de motivación debe ser uno mismo y que la actitud individual es fundamental. Sin embargo, no podemos esperar un alto nivel de compromiso por parte del equipo sin ejercer un liderazgo inspirador.
Vamos a ver entonces qué podemos hacer para incrementar el compromiso del equipo:
- Comunicar: Lo primero y fundamental. ¿Cada cuánto tiempo se junta todo el equipo y es informado detalladamente de la estrategia o de los objetivos de negocio? Como paso previo a que los colaboradores acepten como suyos los objetivos de la empresa hay que asegurarse de que estos se conocen y se comprenden. Comunicar abiertamente la visión, los valores y los objetivos es uno de los constructores de confianza más importantes, y la confianza es clave para generar compromiso.
- Transparencia: En el entorno de una pyme todos se conocen y es fácil detectar cuándo se está ocultando información. La falta de transparencia genera desconfianza y, por tanto, falta de alineamiento con los objetivos. No es necesario contarlo todo en todo momento, pero sí al menos dar la información necesaria para que los colaboradores sientan el proyecto como suyo.
- Empatía: No
se puede esperar que el equipo esté “entregado a la causa” de la
empresa sin un mínimo de empatía por parte del manager. A las
personas nos mueven las emociones y recompensar y reforzar
emocionalmente es muy importante. ¿Cuándo fue la última vez que se
felicitó a alguno de los colaboradores por un buen trabajo?
Ahora veamos algunas herramientas para gestionar mejor el talento. Existen varias vías para alinear a todo su equipo hacia un objetivo común y hacer que todos se conviertan en verdaderos embajadores de la empresa:
- Retribución: Incorporar un esquema de retribución variable de acuerdo con los resultados es una herramienta que realmente funciona. No se trata de pagar más porque sí; se trata de pagar más en función del negocio adicional que se genere. Si queremos una organización más comercial, tendremos que retribuirla como tal. Así, por ejemplo, pueden establecerse incentivos para el personal administrativo que habitualmente tiene contacto con el cliente en función del negocio que pueda captar en esa relación del día a día. Si se compensa económicamente la captación de negocio, tendremos a todo el equipo pendiente de nuevas oportunidades.
- Formación: Uno de los grandes problemas con los que se enfrenta el dueño de una pyme a la hora de abordar un proceso de selección de un nuevo colaborador es encontrar a la persona adecuada. En un contexto de alto nivel de desempleo como el actual podría parecer que es tarea fácil, pero no lo es. Es fundamental dedicar tiempo y recursos a la formación de los colaboradores. No se trata sólo de formación técnica; también ha de plantearse una formación en habilidades y en los valores fundamentales de la organización. Con frecuencia escuchamos a pequeños empresarios que echan en falta más ambición, más pasión y más ganas en sus colaboradores, pero muy pocas veces se incluyen en los planes formativos la formación en estos valores o habilidades. Entonces, nadie mejor que el líder de la organización para transmitirlos de forma estructurada. Es sabido que eso requiere tiempo y destrezas, pero el retorno de la inversión merece realmente la pena.
- Desarrollo (plan de futuro): Todos los negocios tienen unas expectativas, objetivos y unos sueños a largo plazo para los que se está trabajando cada día; y de la misma manera que los tienen los negocios, los tienen sus colaboradores. También tienen expectativas de desarrollo, y si no las encuentran en una empresa buscarán otras alternativas en la medida en que el mercado se lo permita. En esta línea, cuanto más opciones de desarrollo tengan los colaboradores, más comprometidos estarán con el proyecto. Los programas de desarrollo profesional en las grandes organizaciones son muy complejos, pero en el caso de una pyme no tienen porqué serlo. Se trata tan solo de plantear un plan de futuro creíble y retador. La posibilidad de adquirir más responsabilidad o de convertirse en socio del negocio en un futuro suelen funcionar bien como plan de carrera en un pyme.
En muchas pymes se realizan a diario algunas de las acciones que se plantean, pero casi siempre de forma desestructurada. En esos casos, el reto consiste precisamente en integrarlas, añadir las que falten y desarrollar un plan de acción concreto que responda a los objetivos de la empresa, que no deje nada al azar y que permita hacer un seguimiento de su cumplimiento.
Marco Martín
Consultor de Desarrollo Junior
RE/MAX España
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