En la
Escuela RE/MAX seguimos comprometidos con tu éxito, y ese éxito llega con el
trabajo del día a día. Por eso, siguiendo la línea de lo hablado la semana
pasada, donde os ayudábamos con vuestra productividad y os dábamos las claves
para combatir la procrastinación, esta semana os traemos una nueva técnica que
sin duda os será muy eficaz para abordar aquellas tareas que tanto cuestan
realizar.
Recordamos que la procrastinación
es posponer la ejecución de una tarea, acción o decisión relevante que debemos
realizar y que en su lugar hacemos otra menos relevante. Y que generalmente procrastinamos
cuando nos enfrentamos a una tarea compleja, larga, difícil o
aburrida.
Este tipo de
herramientas son simples y sencillas de aplicar, pero no son soluciones mágicas
ni universales.
Esta técnica en
concreto, nos permite romper la inercia procrastinadora y arrancar con la
ejecución de la tarea. Esta primera fase es la más crítica ya que una vez
empezada la tarea más fácil resultará continuarla. Vamos allá con ella:
La
efectividad reside en su sencillez, por ello es necesario que se implante con
precisión:
Primero. Te comprometes a trabajar en tu tarea sólo 12 minutos.
Segundo. Cuando
termina ese plazo te haces la siguiente pregunta: ¿quiero trabajar otros 12
minutos? Si la respuesta es afirmativa, trabajas sólo otros 12 minutos y
cuando terminas el plazo te vuelves a hacer la misma pregunta. Cuando la respuesta
sea negativa dedica otros 12 minutos a trabajar en tu tarea para dejarla
adecuadamente preparada para que te resulte muy fácil retomarla en la próxima ocasión.
Por tanto, tu compromiso
mínimo es 12 + 12 minutos.
Está técnica basa su
efectividad en tres claves que debemos tener en cuenta en todo momento:
1- La palabra sólo. Es preciso que te programes una alarma y
te detengas cuando suene. Existe una gran probabilidad de que, una vez has roto
la inercia a empezar, puedas continuar trabajando un buen rato hasta que por
alguna razón te canses o aburras. Si lo que quieres es vencer tu
procrastinación es crítico que seas tú el que decida cuando empiezas y
terminas. Por eso necesitas la alarma y la renovación o no de tu compromiso. Si
no lo haces así, el resultado final será que tu procrastinación es la que
finalmente vence, porque será la que decida cuando terminas.
2- Deja la tarea preparada para retomarla con extrema
facilidad la próxima vez, así minimizas el posible rechazo causante de tu
procrastinación.
3-
No toleres ninguna interrupción durante el período de 12
minutos. Necesitas concentrarte y trabajar con intensidad en ese plazo. Trabaja
duro y concentrado y, después, recupera la energía y atención invertida con una
pausa. Si sientes un fuerte impulso para hacer otra tarea distinta, resístelo y
prométete que realizarás esa otra tarea como recompensa cuando cumplas tu
compromiso actual.
Con la
práctica observarás que empiezas a encadenar varios compromisos de 12
minutos y pronto descubrirás que aquellas tareas que antes procrastinabas ahora
eres capaz de abordarlas hasta completarlas.
Lo que sucede es que tu
estado emocional después del logro, que supone vencer tu procrastinación y
cumplir tu compromiso de trabajar 12 minutos en esa tarea desagradable, es muy
diferente del que tenías antes de iniciar la tarea.
Eso sí, no te fuerces a
utilizarla si no estás completamente dispuesto a ejecutarla con exactitud,
porque entonces no funcionará, te sentirás decepcionado y quemarás la
herramienta.
12 minutos es una
duración bastante apropiada para arrancar, completar una pequeña parte de la
tarea y romper la inercia procrastinadora. Es un desafío aceptable para un
procrastinador. Pero siéntete libre de utilizar cualquier otra cifra que se
adapte mejor a tu procrastinación. En general cualquier cifra en el rango 5-20
minutos puede ser apropiada.
Ponlo en
práctica y verás lo sencillo que te empieza a resultar realizar esas tareas que
antes considerabas tan odiosas.
Marco Martín
Consultor de Desarrollo Junior
RE/MAX España
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